martes, 19 de enero de 2010

EL MONO



Como en cualquier proceso de desintoxicación, es condición ineludible desear en lo más profundo, ser capaz de verse por fin liberado de esa adicción, que por muy ansiada y añorada que sea, termina por convertirse en una tortura, que va arrastrando como un torbellino cada vez más rápido, a la auto destrucción.
En sus inicios, en esos primeros momentos conocidos de modo coloquial como “el mono,” el sufrimiento por el que el afectado se ve obligado a pasar, pueden ser calificado, de lo mas duro, pero creo que esto no es así, “el mono,” no deja de ser una reacción básicamente química, por la que el cuerpo da prueba de su enfado, ante la carencia de la sustancia que lo ha mantenido en un constante vaivén, de la felicidad, a la necesidad, y de la dependencia, a la consecución.
Pero como digo, si la voluntad está presente ésta es una batalla en la que, al organismo cada vez le restan menos armas y municiones, y termina por perder.
Realmente la verdadera lucha da comienzo cuando se ha superado el mencionado “mono”. Entonces es cuando arranca, no ya una batalla si no una guerra, una guerra abierta, contra la voluntad y la capacidad de olvido, una guerra en la que el enemigo esta agazapado dentro del propio individuo, atento, y siempre preparado para dar un brutal golpe de mano, que eche por tierra en unos momentos, lo que con tantos esfuerzos y redaños, el sujeta a conseguido.
En algunos casos, en otros no, la ciencia, ha desarrollado unas sustancias, compensatorias, y de un cierto efecto placebo, para apoyar en tan ardua lucha al individuo.
Pero esto no es el asunto, cuando la adicción, no la produce ninguna sustancia química, cuando esta producida, por algo tan extraño, como el pensamiento recurrente. Y se preguntaran ¿que quiere decir esto?, pues que el razonamiento puede llegar a ser tan perverso, que si se descontrolo acaba por resultar tan obsesivo como intuyo, pueda serlo un “rayazo” o “un chutazo”, y en estos casos estas sustancias de efecto placebo no existen
De manera que no se me ocurre mejor placebo. Que un joven cuerpo de pródigas formas, nacarado y perfecto rostro, y que por alguna extraña circunstancia que aun no acierto a comprender, siente especial predilección, por este viejo espécimen de la raza humano, lo que trae con sigo, que con más o menos frecuencia requiere, mis servicios como hacedor de sus placeres.
No obstante, en algunas ocasiones, cuando el final esta próximo, la fantasía me reconduce a asumir que las piernas que me aprisionan, con gran energía acercándome a su concha, -.buscando sin duda que mi empuje sea mas brusco y profundo.-, no son las suyas, y tampoco lo es, la oquedad que penetro y penetro, con mi falo, que mi boca rebosante de la lechosa carne de sus pechos , no esta devorando estos, por no decir que cuando beso sus ardientes labios, mientras me descargo y se descarga estoy besando otros. Cada vez que esto sucede, que no es siempre, reconozco que mi disfrute es inmensamente duradero.
Cuando se da esta circunstancia, ella lo percibe y me indaga furiosa , -¿con quien estabas haciendo el amo? no era con migo, lo se, dime ¿con quien era?, - no digas tonterías le suelo responder, pero no me cree, y me reprocha, - no soy tonta, ya se que no me has pedido nada, que todo te lo he entregado yo sin una sola pretensión por tu parte, tengo muy claro lo que estoy haciendo, solo sexo, y el lugar que ocupo, pero no puedes negarme que he aprendido a conocerte, que he entendido cuales eran tus deseos, que anhelabas ver mi boca y cara llena de tu lefa, y así ha sido, cada vez que lo has querido, que deseabas hacerme el culo como te gusta decir, con el sufrimiento que me producía, pero que estaba dispuesta a soportar por que ese era tu gusto, aunque reconozco que gracias a ti a tu delicadeza, ha terminado por resultar placentero, tan placentero, que te lo exigiría si dejases de penetrarme. Todo te lo he dado y todo te lo daré, por que así me apetece hacerlo, pero no estoy dispuesta a compartirte con otra hembra, que no sea con la que te comparto. Y hoy he tenido el presentimiento que te he estado compartiendo con otra, - no digas ni mucho menos pienses disparates, suelo responderle, sellando su boca con un apasionado beso.
La cruda realidad es que ha sido así, pera ya se termino. Ya podré corresponder a tanta generosidad, sin ningún tipo de reserva mental, ya conseguiré concentrarme plenamente en compensar el fastuoso regalo, que de modo tan inesperado he recibido. En verdad me place que esto sea así, se termino, “el mono” ha sido superado, la batalla ha sido ganada, y en la larga guerra, que da comienzo, triunfara, el más viejo de los recursos sicológicos del ser humano. !!! Ignorar al Enemigo.¡¡¡

viernes, 15 de enero de 2010

PERO QUE SABRAN ESTOS MULEROS



No tengo por costumbre, hacer uso en mis escritos de palabras que puedan resultar mal sonantes, pero se da la situación de que en este caso no ha sido así, por ello vallan por delante, mis disculpas para todos aquellos que de un modo u otro puedan sentirse ofendidos, por el huso que hago de ellas, en este alegato.

Hace algunos días recibí un correo de esos en los que se suelen vertír, generalmente disfrazados de anécdota jocosa, toda una "recua" de viñetas y textos, poniendo en duda el valor de la veterania, y menospreciando el aminoramiento, en la capacidad sexual, y las deformaciones física, -. Cosa totalmente lógica por cierto.- que el paso del tiempo, de modo irrefutable, va produciendo en las personas de cierta edad.

Con 16 años allá por el año 64 del pasado siglo, para que se hagas una idea, yo era un joven cazador que podía presumir -.Alardeo siempre a titulo intimo, personal, e intransferible, -.de contar en mi galería de trofeos, con dos pieza de caza, pero de caza mayor, con lo escasa y difícil que resultaba la cazaría, en aquellos años, máxime si las piezas como digo, eran de semejante calibre.

Había podido hacer mías aquellas dos medallas de oro, gracias a la intuición, el olfato, la determinación, el sigilo, y la más absoluta “discreción”. Puedo decir que opino, que para ser un buen cazador se hace necesario reunirlas todas, como sigue siendo el casos en la actualidad, con la sola salvedad de una de ellas, quizás, la mas importante, la determinación.

Asumo que la aculturación, añade capas, y más capas, que con el tiempo, van convirtiendo el arrojo, en un proceso de valoración de riesgos, que trae consigo, la conclusión de no salir al campo.

Y por otra parte, la manifiesta desatención que los machos residentes, hacían de sus hembras, a las que si acaso, y dependiendo mucho de los copas de vino consumidas, exigían su derecho de pernada. Pero, y para que poner medios, si era mas barato hacerlo sin ellos, y sin valorar las consecuencias, total, se trataba de meter, sudar un poco, descargar, bajarse de la fémina, fumarse un cigarrito y a dormir.

Queda claro que si no les importaba lo mas mínimo el condón, aun menos les importaba, en que estado estaba, la consecución del goce por parte de ella, “que se joda para eso a nacido mujer”.

Yo no es que fuese mejor que ellos, pero dada mi juventud, mi rabo se materia en posición mas tiempo, y si se producía la descarga, mi recuperación era mas rápido, dándoles oportunidad, de que a su vez, ellas recorrieran también su camino.

Pero miren por donde, una tarde a las 5, hora muy torera por cierto, una mujer de 60 años Si, Si, 60 años, ( hoy la existencia de mujeres de 60 años, que mantienen una esplendida forma, tanto física como síquica, es algo cotidiano, pero en la época de la que hablo, los 60 años, digamos que era la frontera entre la madures y la ancianidad), a la que no recordaba, haber dejado de ver nunca desde que tenia uso de razón, muy amiga de mis padres, y viviendo muy cerca, me enseño de un golpe, lo que estoy seguro, que de no haber sido así, hubiese tardado mucho años en aprenderlo.

Con 16 años como suele decirse, uno cogia una mosca, y le tocaba las cachas, de manera que el instinto cazador, me advirtió que ante mi, estaba una posible presa, en las primeros momentos y dada su madurez, descarte montar el arma, pero ya he dicho, que en aquel tiempo y con aquella edad, sin la menor duda, una hembra era un preciado botín, a pesar de los años que pudiera tener.

E inicie mi plan de ataque, simple, ya maduro, y de eficacia testada, no obstante pensando, que el éxito no se produciría de modo tan rápido. Pasado los primeros momentos, e inesperadamente para mi, tomo con sus manos mi cara y me beso, debo reconocerles que a priori, estuve a punto de apartarme, con cierto reparo, pero no lo hice, al besarme, me trasmitió un álito de vida que despertó de modo súbito mi pasión, le devolví el bezo y comencé a tocarla. Su cuerpo, sus pechos, su sexo, no se parecían en nada, a los otras dos que también conocía, pero sin saber por que, me fui dejando conducir por ella hasta su dormitorio, donde la despoje con cierta violencia de toda su ropa. Cuando la tuve ante mi, completamente desnuda, la imagen que percibí no tenia nada que ver , con las que estaba habituado , pero el deseo se impuso y la monte para penetrarla, mi cuerpo presionaba el suyo buscando perforar su sexo, mi cabeza se hallaba apoyada a la izquierda de la suya, y la escuche decir de un modo tan tierno, que aun puedo recordar. -Por favor cielo, no me folles, hazme el amor-, -me alce y mirándola a los ojos, le pregunte ¿cuál es la diferencia?- -me respondió ¿no lo sabes?,- -no dije,- y a partir de esos momentos comenzó a enseñarme cual era.

Pasemos por alto los detalles escabrosos, solo decir, que cuando me di cuenta eran la 10 de la noche, habían pasado 5 horas en un instante.

Pero no todo quedo en eso, pasados los años, en los que intente cientos de veces, que se repitiese la situación sin conseguirlo, me dio una lesión magistral de lo que es la vida.

La tocaba, la besaba, la apretaba en mis brazos, le reiteraba cuanto la deseaba, y le reprochaba que no me dejase hacerle el amor, aun a sabiendas que lo deseaba tanto, como yo. Vivía sola, no tenia que dar cuentas a nadie, era absolutamente libre, y mis periódicas visitas a su casa, no levantaban ninguna sospecha, dada la antigua amistad y el cariño que nos unía.

Tanto insistí, que un día me dijo, mira cariño es tal el cúmulo de emociones que me produjo y me produces, que me puedo morir en tus brazos, y no es que sea una mala manera de morir, pero de ser así, que pasaría con tigo, tendrías que dar muchas explicaciones, que pensarían la gente de ti, cuanto menos dirían, que eres un joven sátiro, que te has aprovechado sin conciencia, de una vieja como yo.

Me dejo mudo, sin palabras, y de golpe lo comprendí todo, el por que siempre estaba, perfectamente vestida, peinada, limpia, y con un olor magnifico, porque no me dejaba ni tan siquiera, que la despojase de sus bragas, lo comprendí, y lo respete.

Por eso cuando veo que hay persona que se dedican a escribí y dibujar con tanto desprecio sobre este tema, pienso que son, una "partia" de muleros jilipollas, que no tienen ni puta idea, de lo que es un viejo.

Aquí no diré eso de ¡Y ACÁ, QUE SABEMOS...! Acá si sabemos bien, de lo que hablo.

Posdata: las dos pieza de caza mayo, fueron las primeras en apreciar las diferencias.